La masacre que quiere esconder José Félix Lafaurie.
Aunque una de las banderas de la oposición de Lafaurie al proceso
de paz es que las guerrillas son los mayores despojadores, lo cierto es que las
sentencias dicen lo contrario.
Hace algunos días el presidente de FEDEGAN apareció en diferentes
medios de comunicación negando que exista una persecución o masacre de líderes
de restitución de tierra. De hecho me llamó mentiroso y citó una denuncia que
hice sobre la existencia de varias estructuras armadas en algunas zonas del
país que se hacían “llamar ejército anti-restitución”. Dijo que era falsa y que
todo se trataba de una campaña negra contra los sectores del empresariado rural
y particularmente contra algunos sectores ganaderos, que actualmente se
encuentran denunciados por casos de despojo de tierras y asociación con grupos
paramilitares.
Es bueno
recordarle al señor Lafaurie cuatro datos. El primero se refiere al
análisis de las 1500 sentencias que hasta el momento se han dado en el marco
del proceso de restitución de tierras. Que de por sí ha sido un fracaso.
Después de varios años de aprobada la ley solo se han restituido algo menos del
2 % de la tierra despojada. Los datos muestran que fueron los grupos
paramilitares los que más despojo y abandono de tierra causaron. Las sentencias
dicen lo siguiente.
Actor
causante del Abandono.
Paramilitares:
40 %
Bacrimes: 5 %
Gerrilla: 16
%
Enfrentamientos:
33 %
Grupos No
Definidos: 5 %
Ejército: 1 %
Autor
causante del Despojo.
Paramilitares:
83 %
Bacrim: 3 %
Gerrilla: 9 %
Enfrentamientos:2
%
Grupos No
Definidos: 3 %
Aunque una de
las banderas de la oposición de Lafaurie al proceso de paz es que las
guerrillas son los mayores despojadores, lo cierto es que las sentencias dicen
lo contrario. Incluso las sentencias dan otro dato interesante. José Felix
Lafaurie dice que los mayores afectados con el despojo y en general el
conflicto armado fueron los ganaderos, lo cual es falso. Los datos que se
muestran a continuación permiten ver como las víctimas del despojo y del
abandono fueron los pequeños campesinos y no los ganaderos.
Predios
restituidos
Inferior a
una hectárea. 21%
Entre una y
19 hectáreas. 55 %
Entre 10 y 50
hectáreas. 20 %
Entre 50 y
500 hectáreas. 3 %
Superior a
500 hectáreas. 1 %
No se
desconoce el sufrimiento de los ganaderos en el conflicto armado, el secuestro
los castigó de forma intensa, pero la gran mayoría de las seis millones de
hectáreas despojadas en Colombia en el marco del conflicto armado fueron
arrebatadas a pequeños campesinos.
El tercer
dato es que Lafourie niega la existencia de los ejércitos antirrestitución y
dice que eso jamás existió. Nuevamente este señor miente. Los llamados
“ejércitos anti restitución”, no son como tal ejércitos, así se hacen llamar,
pero son estructuras sicariales de entre 15 y 30 personas que prestan servicios
ilegales de seguridad privada o las propias Bandas Criminales prestan
estos servicios. Son contratados por lo que la ley llama “terceros de buena
fe”, es decir, personas que están en el mundo de la legalidad, son empresarios
rurales, ganaderos o políticos locales. Estas personas fueron las que en
realidad se quedaron con la tierra despojada a campesinos y algunos ante el
miedo de perderla prefieren asesinar a los reclamantes de tierras.
Este link deja
ver cómo ha habido capturas de líderes de estas estructuras que se hacen llamar
“ejército antirrestitución”. Además el propio gobierno ofreció recompensas por
estas capturas.
Un cuarto
dato es que en los últimos años, 68 líderes de restitución de tierras han sido
asesinados. La gran mayoría de ellos en zonas donde han confluido empresarios,
políticos y estructuras criminales. El siguiente mapa muestra los municipios
donde han sido asesinados estos líderes.
La impunidad
es inmensa en estos casos, las capturas son bajas y siempre se dice lo mismo,
“son casos aislados”, pero la realidad es que alguien esta asesinando líderes
sociales y de restitución de tierras.
Son
sectores de las élites locales y regionales las que se van a oponer a proceso
de paz. Estos sectores se quedaron con la mayoría de la tierra despojada, como
el magistrado de la Corte Constitucional Pretelt quien está en líos jurídicos
por dos finques de campesinos desplazados y que se adquirieron de forma dudosa,
o el caso del Fondo Ganadero de Córdoba, o el caso de las empresas
palmicultoras del Urabá. Es necesario que la justicia vaya más allá de los
Otonieles, o sebastianes, o cuchillos y se concentre en los determinadores
reales de estos hechos. Pero lo bien o mal que nos vaya en el postconflicto no
va a depender directamente de los actores criminales sino de agentes
supuestamente legales. ARIEL ÁVILA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario